viernes, 1 de octubre de 2010

FRACASO DE LA HUELGA GENERAL

La Huelga General del 29 de septiembre fue un fracaso. En este post, trataré de analizar algunos aspectos que creo interesantes.

En primer lugar, me surge la duda de cuáles son los motivos reales de esta convocatoria. Teniendo conocimiento de las palabras del señor Toxo y del señor Méndez, que argumentan que la huelga se produce con la finalidad de protestar contra la política económica del gobierno, la reforma laboral (que creen ineficaz y que refuerza el poder empresarial) , las medidas del famoso “tijeretazo”, el retraso en la edad de jubilación, etc., etc., etc. Ahondo por mi cuenta en el asunto y me planteo que quizás haya otras cuestiones por las cuales se haya producido dicho paro,  ya que la política social del gobierno socialista de ZPARO lleva varios años marcada por el apoyo de los sindicatos y, además, tanto la reforma laboral como otros puntos que pretenden conseguir modificar los dirigentes sindicalistas ya han entrado en vigor o han sido aprobados y por tanto no dan lugar a rectificación. Por todo ello, creo que quizás haya otros motivos para la convocatoria de huelga, como por ejemplo: 

- Echar la culpa de la crisis a los bancos y a los empresarios (ver video del chikilicuatre), a los cuales, los alrededor de 57.000 liberados sindicales que podría haber en España le podrían costar a las empresas alrededor de 1.600 millones de euros al año, pero claro, eso no les interesa decirlo a los sindicatos.

- El de parar diversos puntos estratégicos de la geografía española con la finalidad de hacer creer a la sociedad que el peso sindical es inmenso en España, utilizando medios como impedir a los trabajadores que no secundan la huelga ir a trabajar (ver  en los medios las amenazas a trabajadores y destrozos causados por algunos “piquetes de linchamiento y destrucción”, es decir, de todo menos informativos).

- Paralizar los servicios de transporte de Madrid, pues con ello se podría conseguir desprestigiar la capacidad operativa de Esperanza Aguirre, a la que sindicatos y Gobierno tienen especial aversión y a la cual quieren destronar de su asiento en la Comunidad de Madrid.

En segundo lugar,  creo que la huelga no estuvo justificada, ya que en un momento en el que 4,6 millones de españoles no tienen trabajo y la sociedad está en una grave crisis, no es el momento adecuado para paralizar al país. La paralización implica la pérdida del salario de dicho día de muchos trabajadores (los asistentes a la huelga, los retenidos por los piquetes, los que sufren destrozos por parte de los huelguistas en sus medios de transporte habituales o en sus respectivos lugares de trabajo  y por tanto no pueden trabajar, etc.) y el estancamiento productivo, con las consiguientes pérdidas económicas que eso puede ocasionar al país.

En tercer lugar, como aprecio en los medios de comunicación que he consultado, la huelga fue secundada por:

-Una parte importante del sector industrial, alrededor del 20%.

- Un 7% del funcionariado español.

- Un 10% del comercio.

- Un 3% de la hostelería.

Teniendo en cuenta estos hechos, se puede afirmar que la huelga fue un fracaso y por tanto, la mayoría de los empresarios españoles, exceptuando los empresarios metalúrgicos y de grandes industrias, deberían de estar satisfechos con el buen hacer y la contribución de la mayoría de sus trabajadores.

En último lugar, sobre la polémica reforma laboral, me parece adecuado decir que nos va a perjudicar a todos los currantes, pero esta medida es necesaria para poder levantar la economía  a medio y largo plazo y, poder de esta manera, crear puestos de empleo con mayores garantías en el futuro. Si no se hubiera aprobado la reforma laboral estaríamos ante un agravamiento de la crisis y tendríamos “pan para hoy y hambre para mañana”. Para finalizar me gustaría citar que las principales potencias económicas occidentales como Alemania y EE.UU., entre otras, ya han adoptado medidas muy similares, con lo cual, otros ya nos pueden servir de espejo para empezar a ver la recuperación económica.

CRISIS EN EL SECTOR PERIODÍSTICO

A día de hoy, los medios de comunicación viven una situación económica delicada originada en parte por la crisis financiera que vivimos actualmente, estas circunstancias, provocan el despido masivo de periodistas, pero no toda la culpa la tiene la crisis.

La crisis, puede tener la culpa de que las empresas anunciantes recorten cada vez más los presupuestos a sus departamentos de marketing y de comunicación, lo cual provoca que los directivos busquen fórmulas rentables y el mayor ahorro posible en los gastos publicitarios. Para entenderlo fácilmente, se puede decir que estas circunstancias se traducen en que los anunciantes pagan menos a los medios, y estos como se financian principalmente a través de los ingresos publicitarios, se ven obligados a despedir periodistas para reducir sus costes de producción.

La crisis sin embargo, no tiene la culpa de que en la última década, las empresas anunciantes se estén dando cuenta de que existen métodos publicitarios de gran eficiencia que además, se pueden utilizar como alternativa comunicacional a los medios de comunicación tradicionales (en los que trabajan principalmente la mayoría de los periodistas). Estos nuevos procedimientos de llevar a cabo la publicidad no requieren de grandes inversiones, tal es el caso de: la publicidad viral, la de guerrillas, el mailing, el advergaming, la publicidad redes sociales e internet, etc. La situación que provoca el descubrimiento de estas nuevas fórmulas publicitarias repercute en que las empresas desarrollan nuevas estrategias publicitarias y desvían las inversiones habituales hacia otros medios no tradicionales. Esto a su vez, hace que los medios tradicionales al ver reducidos sus ingresos publicitarios se vean obligados a tomar medidas extraordinarias para reducir costes, entre las que se encuentra despedir a sus periodistas para poder seguir obteniendo grandes beneficios.

Otro punto en contra, del cual la crisis no es culpable, es el hecho de que los periodistas que trabajan en los medios, cada vez más, vean como su trabajo es sustituido en muchas ocasiones por los gabinetes de prensa y/o de comunicación que mandan el trabajo prácticamente hecho a las redacciones de los medios. A esto, hay que añadirle que para procesar los trabajos más simples, los medios se pueden valer de becarios que trabajan gratuitamente o a un coste muy bajo, de periodistas con contratos de prácticas, etc.

Para concluir, me gustaría “dejar una perla más” y decirles que creo que este no es el único problema al que se va a enfrentar a corto y medio plazo el gremio periodístico ya que otro punto negro que van a vivir los periodistas en el futuro será el de su sustitución en agencias publicitarias y en gabinetes de comunicación por publicitarios y relacionistas públicos, campo en el que el intrusismo laboral por parte de los periodistas viene siendo demasiado largo. Ello será debido a que los publicitarios y relacionistas públicos ya salen lo suficientemente preparados de las universidades como para poder resultar más eficientes en estos campos a las empresas.